La vida útil de un UPS depende de sus baterías, condiciones de operación y mantenimiento. Para extenderla, se recomienda: usar baterías de alta eficiencia (como ion-litio), evitar sobrecalentamiento, limpiar regularmente y realizar pruebas funcionales periódicas. Así, un UPS puede operar de forma confiable por más de 10 años, reduciendo costos y riesgos operativos.
Los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS) son fundamentales en instalaciones industriales, centros de datos y aplicaciones sensibles, gracias a que garantizan la continuidad y calidad del suministro eléctrico.
No obstante, un UPS bien administrado, con baterías adecuadas, ambiente controlado y mantenimiento predictivo, se convierte en un activo clave con muchos años de operación segura. Aprender a optimizar su ciclo de vida no solo asegura la protección de las inversiones, sino también, contribuye a la eficiencia energética y la confiabilidad del suministro eléctrico, aspectos prioritarios en la agenda energética de México.
La expectativa de vida de un sistema UPS se compone principalmente de la vida útil de sus baterías y la de los componentes electrónicos del equipo en sí. Ahora bien, recordemos la diferencia entre un UPS monofásico y uno trifásico ya que, ambos tipos comparten componentes clave como baterías, inversores y sistemas de enfriamiento, pero su diseño y capacidad de carga influyen en su mantenimiento, eficiencia y durabilidad.
El UPS monofásico entrega energía a través de una sola fase eléctrica, haciéndolo ideal para equipos individuales, oficinas pequeñas o racks de TI con cargas moderadas. En cambio, el UPS trifásico utiliza tres fases eléctricas, lo que permite distribuir mejor la carga y soportar una mayor demanda energética, siendo común en entornos industriales, centros de datos y plantas de manufactura.
Por ejemplo, los UPS trifásicos suelen incluir bypass de mantenimiento, lo que permite realizar ajustes o reemplazos sin interrumpir la operación. En cambio, los UPS monofásicos más pequeños (de 1 a 3 kVA) no cuentan con esta característica, por lo que generalmente requieren una parada completa para llevar a cabo mantenimientos más profundos.. Entonces, la vida útil de un UPS monofásico o trifásico dependerá de adoptar una estrategia que priorice sus baterías internas (como pueden ser baterías de ion-litio o de ácido plomo), con gestión predictiva y ambientes controlados.
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Extender la vida útil de una UPS es un trabajo que combina la calidad de los componentes, las condiciones de operación óptimas y una rutina de mantenimiento técnico bien programada. A continuación, presentamos algunas tácticas clave que permiten implementar una estrategia proactiva basada en prevención y monitoreo continuo:
Cuando un sistema UPS va llegando al final de su vida útil, no basta con reemplazar las baterías. También es importante identificar las siguientes señales que comprometen a los demás componentes del equipo por su desgaste:
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En general, un UPS monofásico con baterías VRLA ofrece entre 7 y 10 años de vida, siempre que cuente con mantenimiento regular. Un UPS trifásico, especialmente uno modular, puede extenderse un poco más si se le aplican sustituciones puntuales, monitoreo predictivo y ambiente controlado. Por su parte, los sistemas con baterías de ion-litio alcanzan entre 8 y 10 años de uso con menor mantenimiento.
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