Almacenar energía eléctrica para utilizarla cuando ocurra un apagón de luz, una tormenta eléctrica o alguna falla en los sistemas de electricidad de un edificio, es posible, gracias a las UPS o Sistemas de Alimentación Ininterrumpida.
Recordemos que, tener un equipo UPS nos permite asegurar la continuidad operativa de dispositivos electrónicos conectados, optimizar el rendimiento de sistemas críticos y especialmente, proteger contra fluctuaciones eléctricas. Sin embargo, para garantizar un buen funcionamiento de UPS, es vital implementar procesos de mantenimiento ya que eso permitirá tener máxima eficiencia y durabilidad del equipo, y con ello, reducir costos a largo plazo.
El mantenimiento de UPS es un conjunto de acciones técnicas que se realizan de manera periódica para garantizar su correcto funcionamiento y prolongar su vida útil. Estas acciones incluyen:
Es importante saber que, en México, el mantenimiento de los UPS está regulado por normas oficiales que garantizan su seguridad y eficiencia. Aunque no existe una norma exclusiva para el mantenimiento de UPS, sí hay dos normas generales, como la NMX-I-163-NYCE-2016 que establece requisitos generales, de desempeño y de seguridad a todo equipo electrónico o sistemas electrónicos de energía ininterrumpida (S.E.E.I.) y la NOM-001-SCFI-2018 que describe lineamientos importantes para garantizar la seguridad durante el mantenimiento de aparatos electrónicos, incluyendo las UPS.
Existen tres tipos principales de mantenimiento para UPS: predictivo, preventivo y correctivo. Cada uno de ellos tiene objetivos específicos para la operación y conservación del equipo.
Por medio de sensores, algoritmos y software especializado para la recopilación de datos en tiempo real, el mantenimiento predictivo permite evaluar de forma precisa el estado de salud de una UPS. Este análisis temprano, ayuda a identificar patrones anómalos del comportamiento del equipo y con ello se pueden programar intervenciones de mantenimiento preventivo optimizando más su ciclo de vida útil. Adicionalmente, el análisis de baterías de manera programada permite una mayor trazabilidad y cálculo del tiempo de vida más acertado.
El mantenimiento preventivo a una UPS tiene por objetivo optimizar su rendimiento y, mediante revisiones periódicas y programadas en calendario, se realizan tareas de limpieza, cambio de componentes, ajustes de conexiones físicas, calibración de parámetros y ejecución de pruebas funcionales. Todo ello, permite detectar y corregir problemas o condiciones de operación antes de que se conviertan en fallas mayores que pueden poner en riesgo la interrupción del suministro eléctrico.
Cuando un sistema UPS deja de funcionar definitivamente por alguna falla interna, se debe implementar un mantenimiento correctivo. En este caso, se procede a reparar o cambiar competentes afectados y defectuosos para restablecer la operatividad del equipo. Esta es una solución necesaria en caso de averías, pero puede implicar costos más elevados y tiempos de inactividad prolongados en comparación con un mantenimiento preventivo de UPS.
En el mantenimiento correctivo de UPS es importante identificar la causa raíz del problema, desmontar el equipo, conectar componentes nuevos, ensamblar y realizar varias pruebas de funcionamiento óptimo.
Con todo lo expuesto anteriormente, podemos concluir que, un sistema UPS bien mantenido es una inversión estratégica que genera múltiples beneficios para cualquier organización. Entre los principales beneficios de hacer mantenimiento a los equipos UPS podemos destacar:
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