Entender la tensión eléctrica permite tomar decisiones informadas sobre el consumo responsable y eficiente de la energía. Además, comprender su uso dependiendo del entorno, ayuda a proteger los equipos de posibles daños y garantizar un funcionamiento seguro de los sistemas eléctricos y de los dispositivos conectados a una toma corriente.
La tensión eléctrica, conocida generalmente con el término de voltaje (V) es la cantidad de potencial eléctrico que hay entre dos puntos e impulsa a los electrones a través de un conductor. La tensión eléctrica no se puede ver, pero la podríamos entender como si fuera una escalera eléctrica que impulsa a los electrones a subir y bajar, creando el flujo de corriente que alimenta nuestros dispositivos en el hogar, en la empresa o en una fábrica.
En términos más simples, la tensión eléctrica es similar a la presión del agua en una tubería, es decir, que cuanto mayor sea la presión, más rápido fluirá el agua.
Generalmente, la tensión eléctrica se cuantifica en kilovoltios (kV). Su variación está directamente relacionada con la diversidad de circuitos presentes en las redes eléctricas. En este contexto, surgen términos como alta, media y baja tensión, cada uno con sus propias particularidades y aplicaciones específicas.
A continuación, los diferentes tipos de tensión eléctrica:
Según la Norma internacional de la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), la alta tensión eléctrica abarca voltajes superiores a 36 kV. Estos niveles elevados de tensión se usan particularmente para el transporte eficiente de electricidad a largas distancias con bajas pérdidas de potencia, desde los centros de generación de energía hasta las subestaciones de transformación eléctrica.
Para mayor seguridad, la infraestructura eléctrica como los cables, pueden ir por debajo de la tierra o por torres que se mantienen lejos de zonas urbanas, reduciendo así el riesgo de accidentes.
La media tensión eléctrica, se encuentra en un rango de 1 kV a 30 kV. Se utiliza en la distribución de energía eléctrica a nivel regional o local, alimentando subestaciones transformadoras que reducen el voltaje a niveles de baja tensión para su uso en hogares, comercios e industrias.
La media tensión eléctrica se usa en instalaciones de altas cargas de consumo como aeropuertos e instituciones hospitalarias.
La baja tensión eléctrica se refiere a voltajes inferiores a 1000 voltios y es la forma de tensión más común en los hogares y pequeñas empresas. Este tipo de tensión eléctrica varía según la región del mundo. Mientras en Europa se sitúa alrededor de los 230 V, en la mayoría de América oscila entre 100 y 127 V. La baja tensión eléctrica se utiliza para alimentar electrodomésticos, iluminación, equipos electrónicos y otras cargas eléctricas de bajo consumo.
Los picos de tensión eléctrica, también conocidos como sobretensiones o picos de voltaje, son fluctuaciones momentáneas en el voltaje de una red eléctrica y pueden ser causados por diversos factores, como:
Las variaciones significativas en la tensión eléctrica pueden dañar equipos electrónicos y electrodomésticos. En caso de experimentar una alta o baja tensión eléctrica, es recomendable tomar las siguientes medidas:
En conclusión, mantenerse informado sobre las mejores prácticas y contar con sistemas de protección adecuados puede ayudar a minimizar los riesgos y maximizar el rendimiento de los sistemas eléctricos.