Gracias a la cercanía geográfica y a los diversos acuerdos comerciales que se han efectuado entre México y Estados Unidos por largos años, las estrategias de nearshoring de empresas extranjeras al país azteca, han favorecido la economía nacional. A su vez, el potencial de producción en masa a costos más bajos (comparado con otras regiones), ha hecho que varias compañías de origen asiático o europeo quieran ampliar su capacidad industrial y cadenas de suministro en este país latinoamericano.
Sin embargo, para poder abastecer y cumplir con las expectativas de la inversión extranjera, México requiere ampliar su infraestructura de parques industriales, lo cual está estrechamente relacionado con la capacidad para generar y distribuir la cantidad de energía eléctrica necesaria en cada proceso de manufactura. Según proyecciones de la AMPIP y BBVA Research, se espera que entre 2023 y 2025 se instalen cerca de 453 nuevas empresas (de las cuales el 20% son de origen asiático), lo que intensificará aún más la infraestructura energética. A continuación, abordaremos varios aspectos del impacto del nearshoring, sus ventajas, desventajas, beneficios e impacto en México.
El nearshoring o relocalización es una estrategia comercial que usan las empresas para mover parte de su producción desde su país de origen hacia otros territorios limítrofes donde pueden optimizar tiempos y reducir costos, acercando así la cadena de suministro al consumidor final.
Hay que tener en cuenta que nearshoring y offshoring son estrategias con un objetivo común, pero su diferencia radica en que la primera, implica la reubicación de procesos de manufactura a territorios geográficos más cercanos, mientras que la segunda puede conllevar desplazamientos a países más lejanos.
En América Latina, México es el país más beneficiado con el nearshoring, debido a su cercanía geográfica con Estados Unidos y la amplia relación comercial con Canadá, a través del T-MEC. Factores como la abundancia de recursos naturales, energías renovables, la estabilidad económica y la mano de obra calificada hacen que el país sea foco continuo de inversión extranjera. Lo anterior, impacta positivamente generando más empleo y fomenta la transferencia de tecnologías modernas provenientes del exterior.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México podría atraer alrededor de USD 35,000 millones en inversiones por nearshoring. Además, en el último lustro, los sectores más beneficiados de esta dinámica comercial han sido: automotriz, manufactura y electrodomésticos, diversificando así la economía del país y reduciendo su dependencia de un solo sector.
Otro beneficio para el país es el desarrollo de infraestructura y vías de transporte, un ejemplo de ello es la demanda de espacios industriales que, en lugares como Monterrey, creció 10%, con una solicitud de 12.499.000 M2 y en Ciudad Juárez incrementó 11% con un área de 4,329.000 M2 durante 2023.
Aunque México ha invertido más de 32 millones de pesos en el último año en infraestructura vial mejorando sus puertos, carreteras y ferrocarriles, aún falta una inversión significativa en los parques industriales en materia de energía y conectividad para que el país se desarrolle como un destino de inversión rentable para el nearshoring.
Otras desventajas que tiene el nearshoring en este país están asociados con:
Sin duda, el nearshoring impacta positivamente en la economía de México gracias a la inversión extranjera y las relaciones comerciales a largo plazo con empresas de industrias como automotriz, telecomunicaciones o electrónica. Lo anterior fomenta más empleo y acceso a tecnologías de primera mano.
Sin embargo, en temas de generación de energía, existe un reto latente para poder garantizar el abasto de energía suficiente, asequible y limpia en los sectores de mayor demanda.
El creciente flujo de inversiones derivado del nearshoring está acelerando la demanda de energía en México. Esta situación pone a prueba el compromiso del país de alcanzar una generación eléctrica del 35% proveniente de fuentes renovables para 2024, meta que aún se encuentra por debajo de lo establecido. Según datos del IMCO, en 2022, solo el 28.7% de la energía eléctrica se generó a partir de fuentes limpias. Además, el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) estima un crecimiento anual de la demanda energética de 2.5%, lo que agrava aún más la brecha existente.
Para atender esta creciente demanda y cumplir con los objetivos de transición energética, México debe redoblar esfuerzos en el desarrollo de energías renovables, especialmente la solar y la eólica. Si bien estas fuentes de energía han experimentado un crecimiento significativo, representando el 8.4% y 7.9% de la capacidad instalada en 2023, respectivamente, aún existe un amplio margen para su expansión. El nearshoring presenta una oportunidad única para impulsar este desarrollo, pero requiere de políticas públicas sólidas y de una mayor inversión en infraestructura.
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