La medición de CO₂ es fundamental para cumplir con regulaciones ambientales, garantizar eficiencia energética y reducir la huella de carbono en la industria. Desde sensores de alta precisión, hasta sistemas de gestión energética (EMS), medir y calcular emisiones de dióxido de carbono permite a las empresas mexicanas optimizar procesos, tomar decisiones basadas en datos y avanzar hacia operaciones más sostenibles y competitivas.
La medición de CO₂ es un indicador clave para la industria energética y eléctrica. No se trata solo de cumplir con regulaciones, sino de integrar la huella de carbono en las decisiones financieras y operativas de las empresas. En México, donde la agenda de sostenibilidad y eficiencia energética es un pilar fundamental, el hecho de monitorear y gestionar el CO2, se ha convertido también en una prioridad estratégica.
Por eso, existen varias tecnologías y dispositivos que las empresas pueden usar para cuantificar, en tiempo real, el ahorro de emisiones, visualizar ahorros financieros y tomar mejores decisiones para optimizar su consumo energético. Dependiendo de la aplicación o entorno en el cual se quiera medir el CO2, se usan diferentes métodos.
La medición de CO2, en un contexto industrial, es el proceso de cuantificar la concentración de este gas en la atmósfera o en los procesos de producción. A diferencia de la huella de carbono, que es una estimación de emisiones totales, la medición de CO2 en tiempo real proporciona datos precisos que ayudan para la gestión energética y la toma de decisiones en entornos donde la eficiencia y la seguridad son determinantes.
En México, la Ley General de Cambio Climático y el Registro Nacional de Emisiones (RENE) establecen el marco normativo para que las industrias reporten su huella y diseñen estrategias de mitigación.
La elección del método o equipo de medición de CO2 depende de la aplicación específica, la precisión requerida y las condiciones del entorno. Para la medición de CO2 en oficinas o algunas empresas usan dispositivos de infrarrojos no dispersivos (NDIR) por ser la tecnología más común y confiable. También existen sensores electroquímicos para evaluar la calidad del aire o gases tóxicos en el ambiente, aunque son más sensibles a la contaminación y suelen tener una vida útil más corta.
Para empresas con procesos industriales que demandan un mayor consumo de energía eléctrica, existen tecnologías avanzadas como los Energy Management System (EMS). Estos sistemas no miden directamente el CO₂, pero sí permiten calcularlo a partir de los consumos energéticos, integrando software, hardware y metodologías para monitorear, controlar y optimizar la energía.
A través de su plataforma en línea, los EMS más avanzados (entre ellos el EMS para BESS de Industronic) ofrecen reportes de sustentabilidad en tiempo real. Estos informes calculan el CO2 equivalente que se deja de emitir gracias al consumo inteligente de energía. También muestran visualmente los ahorros en CO2, la reducción de carbono y los árboles salvados, proporcionando una radiografía completa de la gestión eléctrica de una planta de producción o corporativo.
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Tanto para la optimización de procesos industriales, como para el cumplimiento normativo en México, la medición de CO2 es importante porque impacta en factores como:
Gracias a los beneficios que genera la medición de CO2, esta práctica es aplicable en sectores y procesos como:
Para medir CO₂ se usan principalmente sensores de infrarrojo no dispersivo (NDIR), comunes en oficinas y espacios cerrados por su precisión y confiabilidad. En el ámbito industrial, además de sensores directos, se utilizan Energy Management Systems (EMS), que no miden CO₂ de manera física, pero calculan el equivalente emitido o evitado a partir del consumo energético, generando reportes de sustentabilidad en tiempo real.
Generalmente en ambientes interiores, los niveles oscilan entre 400–1000 partes por millón (ppm). Para oficinas o aulas laborales, se consideran adecuados entre 700 a 800 ppm. En industria, los límites dependen de normativas de seguridad ocupacional, pero para efectos de huella se mide en toneladas equivalentes y que no sobrepasen las 5000 ppm durante 8 horas.
Al medir CO₂, las empresas identifican ineficiencias en ventilación, combustión y consumo eléctrico y otros procesos industriales. Esto permite reducir desperdicios y costos. Además, con un Energy Management System (EMS), esta información se convierte en reportes en tiempo real que sugieren cuándo y cómo optimizar el uso de energía, maximizando ahorros de tiempo y dinero, al tiempo que va reduciendo la huella de carbono.
La frecuencia para monitorear CO2 depende de la aplicación: en espacios cerrados se recomienda un monitoreo continuo o con lecturas frecuentes para garantizar seguridad, mientras que los inventarios corporativos suelen hacerse de forma anual. Sin embargo, con un Energy Management System (EMS) el monitoreo puede ser constante y en tiempo real, lo que permite ajustes inmediatos, ahorros energéticos y reducción de la huella de carbono.
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