Debido al calentamiento global que está sufriendo la tierra actualmente, las olas de calor son cada vez más largas, frecuentes e intensas. Y es que tener temperaturas por encima de 38°C, ha puesto a prueba tanto la resistencia de las personas para buscar alternativas de refrescar sus hogares y empresas, como a la infraestructura eléctrica para poder cumplir con las demandas de suministro energético en todo el país.
Aunque los sistemas de aire acondicionado y ventilación pueden ser la solución para sentir frescura en medio de las olas de calor, es importante no perder de vista su impacto en el consumo de energía y, en consecuencia, en las facturas de electricidad.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) nos lo recuerda con una cifra contundente: bajar solo un grado la temperatura en un espacio (casa u oficina) a través de estos sistemas, puede aumentar el consumo de energía entre un 4 y un 6%.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México, una ola de calor se define como un incremento notable en la temperatura del aire o la llegada de aire muy caliente a una zona extensa y suele prolongarse durante varios días o hasta una semana.
Las olas de calor en México ocurren generalmente entre mayo y septiembre, es decir, entre primavera y verano y pueden superar los 40°C. Este fenómeno se caracteriza por baja humedad y escasa ventilación, influenciado por la alta presión atmosférica, la intensa radiación solar y la falta de vientos que puedan disipar el calor.
El mayor impacto de una ola de calor recae en la salud de las personas debido a enfermedades relacionadas con las altas temperaturas como deshidratación, insolación e incluso la muerte y esto a su vez impacta en la economía, ya que la productividad laboral disminuye.
Por otro lado, en términos de impacto energético, una ola de calor eleva el consumo eléctrico para mantener encendidos por más tiempo los ventiladores, aires acondicionados y sistemas de refrigeración. Este consumo prolongado de energía eléctrica con varios dispositivos y electrodomésticos funcionando al mismo tiempo, puede ocasionar apagones por sobrecalentamiento o cortes del suministro en algunas regiones.
Adicionalmente, una ola de calor impacta en el incremento del recibo de luz porque, al exceder un usuario el límite de consumo, se le aplica una tarifa más elevada.
El aumento del consumo de energía durante las olas de calor puede tener las siguientes consecuencias:
Durante una ola de calor, es importante implementar las siguientes medidas para evitar o minimizar los impactos de apagones en las empresas: