Implementar medidas de eficiencia energética se ha vuelto vital en las empresas que buscan optimizar sus recursos, reducir costos y minimizar su impacto ambiental. Las empresas están invirtiendo en energías provenientes de fuentes renovables y usando nuevas tecnologías más eficientes energéticamente.
A nivel global, la eficiencia energética ha ganado prioridad en las agendas gubernamentales debido a la necesidad de garantizar un suministro energético seguro y suficiente. Por ejemplo, México, clasificado en el decimotercer lugar mundial en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), se ha comprometido a reducir estas emisiones en un 35% para 2030, según el Banco de México.
Este compromiso refleja la necesidad urgente de adoptar prácticas más eficientes y sostenibles en todos los sectores. Para lograrlo, a continuación mencionamos algunas recomendaciones.
Dependiendo del ahorro energético que tenga un electrodoméstico, un equipo industrial o un dispositivo móvil, existen diversas etiquetas o clasificaciones de eficiencia energética.
Generalmente estas etiquetas están adheridas a los productos y se dividen en una escala con letras y colores, que va desde la A y el verde (máxima eficiencia) hasta la G y el rojo (menor eficiencia). Entonces, los tipos de eficiencia energética se pueden leer así:
En el caso mexicano, existen las Normas Oficiales Mexicanas de Eficiencia Energética (NOM-ENER) las cuales desempeñan un papel fundamental en este esfuerzo por mejorar los sistemas de gestión energética. Estas especificaciones técnicas, de cumplimiento obligatorio, aseguran que los equipos y sistemas fabricados y comercializados en México utilicen tecnología avanzada para optimizar el uso de energía.
Actualmente, existen 33 NOM-ENER que contribuyen a la conservación de recursos no renovables, reducen los costos energéticos para familias y empresas, y disminuyen la emisión de contaminantes al medio ambiente.
La eficiencia energética permite no solo ahorrar en las facturas de energía, sino también contribuir significativamente a la sostenibilidad ambiental. Además, implementar medidas de eficiencia energética ofrece numerosos beneficios para las empresas como, por ejemplo:
En términos generales, la eficiencia energética se mide comparando el consumo de energía con la capacidad de trabajo del equipo. Así, un sistema con mayor eficiencia energética tendrá un menor consumo de energía para la misma capacidad de trabajo.
En una vivienda por ejemplo, podemos calcular la eficiencia energética midiendo el consumo de energía durante un período determinado y comparándolo con el rendimiento ideal de los equipos utilizados.
También existen estándares y protocolos internacionales, como la norma ISO 50001 y el protocolo internacional de medición y verificación del rendimiento (IPMVP, por sus siglas en inglés) que tienen un marco referencial para medir y mejorar la eficiencia energética en empresas y hogares.
Para que las empresas logren una eficiencia energética óptima, es esencial adoptar una combinación de tecnologías avanzadas y cambios en los hábitos de consumo. A continuación, algunas recomendaciones prácticas:
Adoptar estas prácticas y tecnologías no solo beneficiará a su empresa, sino que también contribuirá a un futuro más limpio y eficiente para todos.